miércoles, 22 de junio de 2011

historias venideras

os dejo con una pequeña historia que llevo tiempo queriendo hacer, no soy escritor pero me gusta contar aventuras de la vida  y nunca es tarde para intentarlo
Un rastro de luz dejaba la pequeña María por la playa, a oscuras sin más protección que su linterna se adentró en el mecer de las olas.
Buscaba sin encontrar nada, solo un pensamiento vago sobre sirenios y amigos, un lugar donde huir de su propia angustia, de sus miedos y de su padre.
Lagrimas que se unieron con las saladas del mar, mientras buscaba esa parte de sí misma que había perdido largo tiempo atrás; cuando la calidez inundaba su cuerpo, cuando aun vivía ella.
Ni el olvido, ni su febril imaginación habían conseguido arrebatarle el recuerdo de su madre.

Tropezó sin quererlo con un mejillón que en defensa propia le regalo un profundo corte en el dedo gordo del pie derecho,
Mierda!-pensó- las heridas hechas en tierra se curan en mar pero las hechas en mar tardan en curar, y más me vale volver a casa antes de que se dé cuenta de que no estoy.
Cogió su linterna, mojada y húmeda, y regresó por donde había venido...

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